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domingo, 31 de mayo de 2015

El abrazo de la serpiente


Un título que me da miedo. Le tengo miedo a las serpientes. Me imaginé una boa grande, comiéndose todo el tiempo a los humanos. Humanos malos que quieren robarse la sabiduría de la selva, específicamente los blancos (alemanes, españoles, estadounidenses, brasileños, colombianos y peruanos) .

Es una historia sobre varias comunidades indígenas del amazonas, situada a comienzos del siglo XX, si mal no recuerdo empieza con una descripción realizada en 1909 por el etnógrafo alemán Theodor no sé que...

Resalto que los diálogos son en lenguas indígenas, mientras que el español, el alemán, el portugués e inglés aparecen en pocas ocasiones. Su dirección de arte, la elección del blanco y negro, su fotografía, planos fijos, planos largos, y algunos planos de detalle hacen que el espectador esté en la selva y se identifique con ese mundo mágico de los pueblos indígenas, especialmente el mundo de los sueños.

Los ríos, su pasividad y agresividad de sus aguas aparecen alternando en medio de un paisaje exhuberante. Un potrillo o barca lleva a dos indígenas, Karamakate y el fiel servidor del (no me acuerdo del nombre) alemán Theodor Koch-Grunber. Son dos historias. La primera es la búsqueda de una planta que curaría de una enfermedad a Theodor, y la segunda de otro etnobotánico que sigue los pasos del primero etnólogo alemán.

La historia comienza en el siglo XX y después hay flashback y flashforward que combina las historias para darles una continuidad con Karamakate.

Esta película la vi, cuando ya había leído la crítica cinematográfica de Pedro Adrián Zuluaga, que exaltaba el buen desarrollo del relato pero hacía ver lo escencialista que podría ser esta película al categorizarla como la única del amazonas, que borra otras imágenes cinematográficas existentes. Angela, literata comentó en el blog de La pajarera del medio, que "es una película para blancos". Fui a verla con este escepticismo y sin tantas expectativas.

Me gustó el desarrollo de los personajes, el diseño del vestuario, y se nota que la cinematografía colombiana ya no tiene problemas técnicos y está basada en un excelente guión.

El capi aparece como sustancia alucinógena necesaria para realizar un viaje que cura las enfermedades y hace ver que los ríos no solo tienen dos orillas sino pueden ser cinco (5) o las que muestren los sueños.

Rescato que confronta el conocimiento objetivo del método científico, lo ridiculiza o lo lleva a otras formas de conocer la naturaleza, además de situar la película en el contexto de los caucheros, la eliminación de varias comunidades indígenas y la guerra con Perú. Hace ver a los indígenas como si no fueran colombianos, se les llama colombianos a los colonizadores, al Estado y a los grupos armados.

Como dice Pedro Adrián Zuluaga, prefiero ser cauta y decir que esta es una película más, solo que bien hecha, pero no es la única sobre la selva amazónica. Como dice Chimamanda, una de las literatas favorita de MaE, la historia se compone de muchas historias no de una historia oficial. Es mejor dejar tanto nacionalismo y euforia porque fue premiada en Cannes. Ha tenido bastante prensa por esos galardones en estos días. Ya el tiempo le dará su lugar.

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