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miércoles, 2 de marzo de 2016

Dilema o necesidad

De mi puedo decir que el ánimo esta mejor. No he sido capaz de cobrar al muchacho para que pague el arriendo y esto me descuadró. Entré en un dilema ético porque pedí un dinero que había prestado hace varios años y nunca me lo habían devuelto, ahora me siento mal, como si fuera excesivamente tacaña, aprovechada o usurera.

Me sorprendió que las amistades me dijeron que si me lo devolvían. A una chica le presté cien mil, y a otra, ciento cincuenta mil. Me dije: con esto puedo pagar la seguridad social y lo del mercado ya está para este mes.

Pero al ir a visitar a una amiga, lloré de la felicidad de ver que son personas con tesón y no se dejan ante las necesidades económicas o la falta de dinero. Ellos mismos colocaron el piso, el techo, pintaron las paredes e hicieron el mobiliario de la cocina de su apartamento. Fueron sentimientos revueltos, me parecía que estaba siendo injusta, que ellos tenían más necesidades y a un día de tener otro bebé. Como siempre llevé uvas para ofrecer a la visita. Le expresé estos sentimientos a mi amiga y me dijo que volviera con Dios, que me había alejado de él, que tranquila, que yo soy una guerrera que salí de La Uvita y  me había ido muy bien en la vida. La verdad es que si. Soy muy afortunada y bendecida todos los días.

A veces solo pienso en los demás y no pienso en mí. Un poco con los sentimientos revueltos, y pienso  que cuando consiga trabajo podré invitar a comer a tal persona, llevarle tal cosa, etc. Por ahora tengo que ser muy racional y gastar solo en la comida, arriendo, seguridad social y buses.

También me siento que soy una víctima victimizante. Le conté a una amiga que le había pedido a mi hermano que me regalara de cumpleaños un corte de pelo porque estoy mechuda, me pasen la máquina número dos, pero él había dicho que todavía no era mi cumpleaños.  Así que ella me regaló 20 mil pesos para dos cortes y cuarto de cabello. Le conté solo con el interés de contarle algo no para que me regalaran dinero pero parecía que lo hice así.

También me invitó a un rico helado. Estaba delicioso. Las amistades han sido maravillosos en estos tiempos de desempleado. Lo que me afana no es el desempleo sino la falta de dinero. Pero si no se trabaja no hay dinero. Otra amiga dijo que no había nacido en cuna de oro y, yo digo, nací en cuna de establo.

También he visto que  las amistades a veces piensan que, yo no he conseguido trabajo porque no he querido. No he pasado todos los días hojas de vida, pero no me ha salido nada. Llega un momento que no crees en nada. Me acuerdo mucho de la profesora Luz Gabriela Arango, que dijo que en esta sociedad cuando no se encuentra trabajo uno o una misma se echa la culpa, cuando es la sociedad la que no te ofrece oportunidades. Ya mis amistades no me creen. A veces también me envían perfiles en los que no tengo experiencia. La tristeza me coge pero la caminata me alivia y los días mejoran.

Por el momento en el país están  los escándalos de corrupción en Reficar (Refinería de Cartagena) que ascendieron a 4 mil millones de dólares y otro en Biogas. Ahora compramos energía a Ecuador, 7 mil kilovatios por día. El juicio contra el monstruo de Monserrate continua, en tanto los periódicos barajan una a una la búsqueda que hicieron las familias de las mujeres asesinadas. Otro escándalo por abuso sexual y mercado sexual entre un grupo de la policías y los congresistas han destapado la doble moral, la homofobia y el tráfico de influencias. Los niños y las niñas de La Guajira se siguen muriendo de inanición, y en Bogotá han revelado dos casos de muerte por desnutrición. El clima en Bogotá volvió hacer el mismo, frío y bipolar. Ya hay tantos calores menopausicos. Por último, los diálogos de paz estuvieron otras vez frágiles. Hicieron unas socializaciones en La Guajira y el Putumayo y Caquetá. El gobierno sintió que fue traicionada su fé y no se siguieron por los protocolos acordados. Pero yo pienso que si vamos a firmar la paz, porque tanta alaraca y más bien nos vamos haciendo a la idea de que son personas que se incluirán a la vida civil, por lo tanto no se deben rechazar, así hagan política.

Una buena noticia fue que escribí un artículo sobre trabajo doméstico y cine. Aunque el escrito está mal escrito, pues por fin logré concretar algo así sea malo o regular. Es difícil escribir cuando no es una costumbre diaria o no se sabe.

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