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domingo, 25 de septiembre de 2016

Que te pasa corazón...

Los Nadie. 2016. Película colombiana de Juan Sebastián Mesa. Esta película es sobre los parceros y parceras que mueven las clavas o hacen piruetas clown en los semáforos. Es sobre los jóvenes que desean emprender un viaje para refrescar sus vidas y ponerle un poco de color a la vida. Imágenes bellísimas de ambientes hostiles como son las comunas de Medellín, en planos generales que muestran pequeñas luces mientras dos gatos se acarician y dos parceros hablan.

Un lenguaje particular paisa y de las comunas que recuerda Rodrigo D. No futuro de Victor Gaviria, Apocalipsur de Javier Mejía, y de alguna manera el trabajo en los semáforos rememora o cita La sociedad del semáforo de Ruben Mendoza, o a los jóvenes de La Virgen de los Sicarios de Barbet Schroeder. Los giros de estos jóvenes que viven si muchas esperanzas, disfrutan del momento. El éxito no se hizo para ellos y ellas. Sino la inspiración en la rebeldía, en la música punk, en el grafitti delata las ganas de romper con el orden establecido o el destino.

En esta película la droga no pulula como en otras sino en la fiesta a la vida a través del cuerpo de artistas callejeros. Los alucinógenos son "las niñas", planticas de marihuana que son cultivadas por los propios consumidores. Esto me hizo acordar de una compañera del trabajo que tenía sus propias plantas de marihuana, y decía que eso era autoconsumo y por eso le interesaban las huerta urbanas.

Las madres son las madres en esta película. Puede ser la mamá de verdad o natural, o la señora que la arrienda la casa, o la tía, o la madre que trabaja en el extranjero y no aparece en escena sino por conversaciones telefónicas con su hija. O madres muertas por el matrimonio y el maltrato del esposo, madres de clase media que dedicaron su vida a una familia rota. Y la religión como aliada de la crianza de las madres, que buscan que esta juventud se enderezca y no se vaya con el demonio.

Las imágenes que se gravaron en mi mente fueron cuando la mona busca al pipas para saludarlo y no lo encuentra sino se queda esperándolo un rato en la puerta, mientras en primer plano saltan unos dados a una mesa de parques y unas caras de hombres, en primer plano, miran a la mona llorando y fumando un cigarro pausadamente. Y de fondo suena la canción de Leo Dan,  Tu llegaste cuando menos lo esperaba. En tanto el "pipas" con su amigo riegan pintura por las calles. Dibujan una línea incesante que marca el ritmo de esta balada. Escriben rebeldía mental y otras palabras que expresan su insatisfacción ante esta sociedad.

Pero la música que mueve a estos jóvenes es el punk de la banda Los ODIO. El pipas es un actor que toca en la banda en la vida real. Esta incursión de los actores naturales con una excelente dirección, montaje y música hacen de esta película, estéticamente muy bella. Fue tanto el "ome" que vi la película dos veces. También hay que decir que la escala de grises muestra que la vida no es blanco ni negro, sino una gama de grises.






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