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domingo, 9 de octubre de 2016

Nombre

Por redes sociales me enteré de la intervención artística de Doris Salcedo. Una vez que ella conoció los resultados del plebiscito por la paz, se dijo, "tengo que hacer algo". Inmediatamente propuso escribir los nombres de las víctimas en telas blancas, para coserlas con hilo en una acto simbólico en la plaza de Bolívar de Bogotá, el miércoles 12 de octubre de 2016.

Le conté a mi hermano pez. El me despertó el sábado 8 de octubre. Corrió las cobijas y dijo: hermana, ¡levantase! Tenemos que ir al museo. Ayer fui a escribir nombres de víctimas. Es muy chevere. ¡Vamos! Puedes ir así con piyama porque uno se ensucia mucho con la ceniza.

Fui con pez. Llegué como a las ocho y media de la mañana. Luis, un chico de gafas y bajito, nos explicó el procedimiento.

Se debe doblar la tela por la mitad. Luego, en la mesa, colocar la raya de la mitad de la tela sobre una cinta de enmascarar, la cual hace de guía. Después, con un palo, regla o pinza se pisa la tela para que no se corra. Luego miraras la lista que está frente a la mesa. Buscas un nombre en la lista. Se escribe solo el primer nombre y el primer apellido. Si el nombre es muy largo, se escribe su inicial y luego el primer apellido. Posteriormente, buscas las letras del nombre. Vas por muchos puestos y preguntas, ¿me prestas la r?, ¿me prestas la e?, ¿me prestas la u?, ¿me prestas la z? Buscas y buscas hasta hallar las letras del nombre. Vas al banco de letras. Incluso a veces robas letras. Hay mucha escaseces de letras.

Luego a escribir el nombre. Se colocan los moldes de letras sobre la tela. Luego echas pegante con una brocha delgada. Luego esparce la ceniza en forma evanescente o en difuminado. Se echa bastante ceniza en las esquinas de las letras para que resalten. Es un trabajo artístico. No es dibujar nombres sino hacer la letra difuminada porque la memoria se va borrando y perdiendo, pero algunos recuerdos se mantienen si los recordamos.

Por último, esperas que se seque el nombre unos minutos. Entre dos personas cogen los extremos de la tela por el ancho del nombre. Llevan la tela al museo como si fuera un ataúd. La tela va estirada para que no se ensucie una letra con otra. Al final la colocas en el piso en el museo para que se seque. Allí vas a ver muchos, muchos nombres.

Sales de la sale con un peso menos. Empiezas otra vez. Limpias la mesa. Buscas un nombre y se repite esto hasta que te canses de trabajar. Sientes que haces algo altruista o colaboras con este país monstruoso.

Es un hecho que te hace revivir a alguien que fue asesinado o sino recuerdas a alguien que fue secuestrado, violado, reclutado forzoso, desplazado forzado, mutilado, y etc. Tantos son las violaciones y desastres de la guerra que deben ser muchos los hechos violentos. Ese nombre adquiere un significado.

Este acto me hizo recordar las clases de Martha Nubia Bello, Belky  y Millán. Se decía que la sociedad colombiana debe reconocer y darle un lugar a las víctimas. Esto se me quedo gravado en la cabeza. También lo que dice Kundera: “La lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido".

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