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miércoles, 27 de septiembre de 2017

Daniela

Daniela es mi compañera de trabajo en esta vuelta a Concol. La mamá dice que ella es igual al emoticon de gafas, significa que es ñoña. Es intelectual. Fue a la biblioteca tres (3) veces a buscar información para el proyecto. Le conté todos los detalles de mi último sexo casual. Hemos cogido confianza. Ella dice que yo soy: loca chevere, ciclotímica, onomatopéyica, pervertida.

El otro día, me dijo que me valorara. Cogió mi mano en su mano, me miró a los ojos mientras me decía que me quisiera, que yo valía mucho como persona. Es como si valiera un millón de dólares y yo creo que valgo un peso. Una gran diferencia. Se ríe todo el tiempo. Le gusta comer helados. Le gusta donar dinero para causa nobles como los cuidados hospitalarios para perritos que están muriendo. Le gusta comer, comer rico y especial en compañía de sus amistades.

Le gusta recitar poesía. Para mi sorpresa, sabe varias poesías de poetas colombianos. Su voz es grave y única. Me gusta. Es muy buena. Pienso que podría trabajar en doblaje de películas, en propagandas, como maestra de ceremonias, etc. Camina derecha, muy derecha. Su caminao tiene un tumbao enérgico e impone presencia. Le gustan mis chaquetas. Me enseña inglés gratis. Me corrige y yo no le hago caso, y dice:  "sino me quiere hacer caso para que me desgato. Hazle caso a tu profesor". Inmediatamente cambia de tema y dice, "Bueno. Sí. Sí. Sí... Viejita, no sé estrese. ¿Por qué se estresa por todo?" Me dice que cuente hasta diez.

Afortunadamente me escribe todos los días al whatsapp. Siempre me recuerda algo, especialmente, el día que me llamó mi papá y le dije que no lo podía atender. Ella me lo recordó por tres o cuatro días seguidos hasta que lo llamé. No le gusta que le gaste ni un helado porque no me quiere deber nada. Me envía todos los días el horóscopo diario de "abc.es". Nos guiamos en el día a día por este horóscopo. Dice que me río como un miquito. Quiere que cuente lo siguiente.

Estábamos en el restaurante y apareció un señor que le dijo:
-¿Tiene problemas en la dentadura?
-No. ¿Por qué?
-Porque no se ha comido la carne.
(Risas).

El 26 de septiembre de 2017, se fue a comprar un plato. Me pareció un plan super aburrido. Pero después me envió unas fotos  divertidas con un muñequito y su plato bonito. Se comió un helado rico. Me envió el reportaje fotográfico.

Un día, accidentalmente me pegó con su correa mientras ella recreaba una escena mía: una chica me mostró que era rico golpearse con la correa cuando tenía sexo, mientras yo me asusté e hice cara de terror. Fue un accidente porque me moví y su intención era pegarle al morral que llevaba en la espalda. Dejé traspasar el límite de la confianza hace mucho tiempo. Problema que tengo con todo: no establezco límites.

Pero yo golpeé su brazo vacunado, a pesar de que ella me había advertido que no lo hiciera. Le gusta que le cuente sobre mi hermano Fabián. Le gustó mucho cuando leyó un mensaje que decía:

¿ya te comiste todas las fruticas?, me imagino
no cosita
cosito rico apretadito
apretadito
trabaje hermanita o is no que frutillas comemos cosita
jajaja trabaje también
y me gasta




Le gusta imitar mi voz. Me desesperaba cuando le preguntaba algo o ella me llamaba y se quedaba en silencio. Ese silencio me mataba. Me hace bromas pesadas. Me llama y me dice que resucitó el proyecto que murió, y en pocos segundos pasan muchas imágenes en mi cabeza de todo lo que falta por hacer y me asusto. Después se ríe a todo pulmón. Otro día me escribía en excel en google docs: "hola". Yo pensé que era un fantasma porque en esa casilla había escrito un número. Otro día, yo estaba sucia en calzoncillos, la casa sucia y todo sucio, dijo que estaba en la puerta de la casa y que la mirara por la ventana, mientras casi se me va la respiración del susto. Menos mal era mentira.

Cuando yo le digo que haga algo, ella ya lo tiene hecho. Me canta canciones vallenatas. Dijo que era una manera de vieja, cuando leyó un texto de whatsapp que envié a otra persona, decía:

Estoy bien. No te angusties, solo te envié un emoticon. Comprendo que estás muy agotada. Prometo no volver a enviar nada. Espero que puedas dormir, descansar y comer rico. Abrazos. No respondas este mensaje.

Dijo que armaba dramas. Entendí que era una novela mexicana de Veronica Castro: solas lagrimas o showcera. Bueno, en fin, víctima o victimizante manipuladora. Pero lo más, fue cuando ella me preguntó si la quería. Me quedé en silencio y divagué diciendo que llevamos poco tiempo en conocernos, balbuceé otras palabras.

Me dijo muchas veces jefe, boss. Le dije muchas veces que no me dijera así porque no me gustaba. Y ella dijo que tal persona dijo que yo era su jefe. No me gusta ser jefe o líder por las responsabilidades. Me gusta que me digan que tengo que hacer, porque me gusta hacer caso. Esta historia continuará.

Alegría

Alegría es una perra. Es una perra en todo el sentido de la palabra. El viernes 23 de septiembre de 2017, en horas de la tarde, Daniela me acompañó a la casa. Entramos a la zona del jardín. Alegría estaba calmada, parecía rara porque ella suele ser más amigable y escandalosa. Estaba en una tina con su cobija y un muñeco sucio. Allí estaba sentada y cauta, miraba con desconfianza y recelo. La saqué y le monstré a Daniela, que ella se paraba y se acostaba sobre sus costillas. Alegría seguía callada. Cuando de repente ¡zaz! Sus colmillos se clavaron en el antebrazo de Daniela. Rápidamente le quite el antebrazo de Daniela y me mordió en el dedo gordo de una mano. Esa Alegría es una traicionera. Le grité que era una ¡PERRA, MALDITA PERRA, DESGRACIADA PERRRRRA! Ella siguió como si nada hubiera pasado.

Afortunadamente Daniela tenía como cinco (5) capas de ropa. Daniela se reía, pero qué tal la herida hubiera sido de puntos en el hospital. Porque Alegría ya tiene antecedentes de comerse las personas. No le gustan las putas pepitas que le dan de comer, sino la carne humana, y especialmente, la más bonita, bien sea, femenina o masculina. Al que lo pille desprevenido se lo come.

domingo, 24 de septiembre de 2017

Repetición

Repetir hasta aprender la técnica.
Repetir hasta aprender el texto.
Repetir hasta aprender la canción.
Repetir hasta aprender inglés.
Repetir la escritura para ser escritora.
Repetir respirar para no morir todavía.
Repetir para crear un hábito creativo.
Repetir los rituales para mantenernos vivos.
Repetir esta repetición hace que domines un arte, oficio, hobby, etc.

sábado, 23 de septiembre de 2017

Fracking

El proyecto en el que estaba se fue a bajo. No viajé. Ahora mi nuevo proyecto es socializar un proyecto de hidrocarburos no convencionales: fracking. Si antes me jodía la cabeza pensando que la consulta previa era deshonesta y un juego de dinero que corrompía a las partes, luego, que era una mentira socializar proyectos de vías y líneas de transmisión eléctrica, pero, ahora, es más jodido, debo socializar fracking. Esto me hace sentir que he caído muy bajo. Estoy peor que una puta capitalista: una mierda. Lo peor es que lo estoy pensando porque en este año solo he trabajado un mes. ¿Qué haré para vivir? ¿Cómo me alimentaré? Cómo pagaré el arriendo? ¿Cómo subsistiré si la única empresa que me llama es donde estoy y he vuelto tres veces, luego de periodos largos sin trabajo y sin ingresos?

jueves, 21 de septiembre de 2017

Zapatos




A Cámara le gustaba tomarle fotos a los zapatos. A mi me parecía estúpido. Hace como diez años cuando salieron las cámaras digitales le tomó una foto a un par de zapatos míos. Me acordé de esto y decidí repetir esta acción. Pedí una foto de tus zapatos recordando el gusto de Cámara. Uní dos bellas casualidades diferentes con esta bella casualidad. Esta foto me parece preciosa. Cuando la vi, me pregunté: ¿a dónde fueron este día estos zapatos?, ¿qué hicieron?, ¿qué sitio volvieron a pisar por enésima vez?, ¿fueron a un lugar nuevo? Me imaginé una cartografía con muchos tracks o repeticiones infinitas, como cuando tienes dos o tres años y rayas un papel de manera esquizofrénica. Hago un mapa mental de los sitios que visitaron y revisitaron tus zapatos ese día. Si los objetos que usamos hablaran de los lugares que frecuentamos, de los espacios en los cuales vivimos, o mejor aún, “vivir es pasar de un espacio a otro haciendo lo posible para no golpearse” (Georges Perec).

Hoy estoy emocionada porque compré dos libros: Syllabus de Lynda Barry y Cuentos de Kjell Askildsen.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Afortunada

Hace más de 15 días fui al Parque Nacional. Ahora voy los domingos en la tarde. Me gusta echarme en la hierba y mirar el cielo. Relajarme. Ver un árbol y abrazarlo. Al final doy botes en el pasto. Pero perdí las llaves. Llegué a la casa, hice alguna cosa y luego mi hermano me convenció de que fuera otra vez al parque a buscar las llaves. Tan de buenas, que encontré las llaves justo en el lugar donde empezaba a rodar. Era de noche y me daba miedo, más o menos las 7 p.m. Me daba miedo porque allí mataron a Rosa Elvira Celi. Pero la vida me quiere tanto que me devolvió mis llaves. Yo pensé que no estaban porque había pasado cerca de una hora y otra persona las hubiera cogido, y no estaba segura si las había perdido allí. Pero allí esperan de nuevo por mi. ¡Qué felicidad! Quedé anonadada. Todavía no me lo creo. Recupere mis llaves.

The ground we won

Película del festival de Nueva Zelanda, del director Chris Pryor y de la productora Miriam Smith. El 2 de septiembre a las 5 p.m. vi la película en la Cinemateca Distrital. Es en blanco y negro. Es sobre los hombres de una isla de Nueva Zelanda, quienes juegan rugby. Son ganaderos y agricultores. El director y la productora estuvieron presentes en la película y contestaron las inquietudes.

El director señaló que esta película aborda los ritos masculinos. En una época del año hacen un campeonato de rugby, toman cerveza después del juego, son amistosos cuando van en el bus que los lleva al bar o a la cancha, son adolescentes, jóvenes, padres, y disfrutan de un show sexual con una trabajadora sexual.

También aparece la paternidad. Un padre cuida a sus dos hijos y esta pendiente de ellos. Los llama. Les asigna tareas. Los castiga. Los motiva con el rugby. No aparece la madre. Aparece una mujer de espaldas manejando el bus. Llama la atención que las mujeres casi no aparecen.

Se centra en las vivencias masculinas y en sus quehaceres. Los hombres cantan cuando se emborrachan, toman mucha cerveza, hacen una ceremonia cuando termina el campeonato, el boxeo aparece como una prueba de masculinidad, y el rugby los saca de la rutina y los libera de la represión y el trabajo arduo. Es bellísima estéticamente, su narración tiene cadencia. Fue una tarde maravillosa contar con la presencia del director y de esta película tan lejana.

sábado, 2 de septiembre de 2017

Escritura

Adoro escribir en este blog. Cuánta falta me hace. Me hace bien encontrarme con las letras y botar todo lo que pienso en esta pizarra.

viernes, 1 de septiembre de 2017

Amazona

Película colombiana de Clare Weiskopf, dura 83 minutos y fue estrenada en agosto de 2017. MaE me invitó a verla un domingo. No pude. Pero un viernes, cansada, desparchada y con ganas de vivir mi vida, decidí de imprevisto a las 9 p.m., ir a ver la película antes de emprender un viaje. Fui a pie al centro y desafié la noche. Llegué y me senté en una banca frente a la Biblioteca Nacional mientras esperaba media hora para ver la película.

Miré que unos espectadores le dieron una gaseosa a un indigente mientras pensaba que a pocos metros estaba el apartamento de Lucía. Luego el indigente saludó a otro indigente y compartió la gaseosa. La noche atisbaba linda. Daban ganas de embriagarse y perderse en sus misterios y aventuras en el sórdido centro.

Entré a la sala de cine. Un sonido malo. Además vi unos pésimos cortos de propaganda con la luz prendida. De mal gusto para una ávida espectadora o devorada de cine colombiano. Pero llegaron las lindas imágenes de naturaleza, voz femenina, y dieron rienda suelta a un personaje femenino que desafía el orden social de ser madre y ser mujer. Val es una mujer arriesgada a la aventura. Es una inglesa que viene a Colombia por amor, pero no se queda con un amor para toda la vida. Desafía la institución del matrimonio. Se separa y sigue su búsqueda, la cual todavía continua, así se vea reposada y decantada. Es un personaje que el espectador quiere desde el primer momento.

Me gustó mucho cuando ella le responde que ella no es psiquiatra para saber por qué su hijo consume drogas. Además cuando dice: pero qué desorden... qué diablos hace... qué hermosa culebra... mi vida es mi vida... yo no tengo la culpa... todos deberían vivir en el campo... para ganar premios... solo tenía un colchón y estaba llena de miedos pero una felicidad inmensa...

A pesar de que nunca deja de ser madre, reclama la realización de su vida como mujer, como persona que anhela la libertad y el movimiento continuo, la naturaleza. ¿Qué puedo decir? Nada. Es un personaje del que debería de aprender mucho. Anhelo su fuerza mientras mi debilidad y mis miedos me cohiben y me atrapan.

Viviendo con el enemigo

Soy mi propio enemigo. Batallo con sentimientos de tristeza, desprecio o poco valor hacia mí. Antes me daba pena reconocer que soy depresiva, tengo baja autoestima, inseguridad, no creo en mí, etc. Hoy lo digo sin culpa o remordimiento pero eso me hace daño. Siento que me masacro. Tengo un perverso gusto con la autodestrucción, masoquismo o sufrimiento judeocristiano.

¡Qué batalla! Debo cambiar eso. Volveré a teatro. Hoy una linda conversación con los de inglés me distrajo del cansancio y agotamiento físico y emocional.

Dejar ir y sonreir

Hoy dos Lucías han marcado el día. La primera lo derrumbó y la segunda lo alegró. Qué linda es la vida.