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sábado, 17 de febrero de 2018

Clave

Las claves son varias hoy en día. La última fue para la guaya del computador. Aunque no se debe escribir en ningún lugar, por aquello de la seguridad, la escribí en el cuaderno. Suelo escribir casi todo lo que alcanzo a retener para que no se me olvide. No me fio de mi memoria. Piden claves para páginas web de salud, pensión, correo, redes sociales, de entrenamiento y para comprar cualquier cosa. La última vez, el banco no me dejó pagar algo por internet porque no tenía una clave activada desde una aplicación del celular. No pude hacer la compra porque no tengo eso.

El hecho que realmente quiero relatar, es que mi hermano alguna vez intentó ingresar al computador con el nombre de cámara como clave. Me imagino que colocó: camara123, camarahastasiempre, camarita, camarote. Qué risa me da de pensar cuántas posibilidades escribió con cámara. Casi nunca coloco claves con los nombres de mis amantes o personas que me gustan o atraen sexualmente. Esa vez, la clave era casi imposible, era el nombre de una sala del museo nacional. Creo que no pensó en eso. Era Teresa Cuervo. No me acuerdo si escribí todo el nombre o una parte.

Pero he caído en el intento de los nombres de los amantes como una posibilidad de retener un suspiro. He colocado tu nombre en la clave de sesión del computador empresarial. Durará tres meses. Después colocaré acoirirs123 o sueloestarbien123, quemaravilla123, virgendelasmercedes, orillasescabrosas o la fecha de ese día en letras, etc.

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