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martes, 10 de abril de 2018

Fabricia

Fabricia. Un título llamativo. Película de dibujos animados del 2013, dirigida por Cecilia Traslaviña. El tema es sobre la creatividad en un lugar desolador: una fábrica en ruinas. La música marca el ritmo de la historia desde el comienzo con tonos rasgados que avisan misterio o terror. Los colores de la película son tonos tierras (amarillo, café, terracota, ocre, vaige, naranja, negro). Fabricia es una niña que aparece entre árboles sin hojas y entre las ramas se abre camino hasta las instalaciones de la fábrica. Hay objetos con pinzas que agarran a los posibles trabajadores. Son colocados en una banda deslizadora, la cual los arrojará en una amplia oficina con máquinas de escribir operadas por animales con cuerpo de humano sin cabeza. Pero primero aparecen unas manos de mujer que agarran a Fabricia y la llevan a la banda deslizadora. Fabricia se niega a seguir el destino de la banda y se lanza al vacío. Conoce algunos lugares de la fábrica, mira por las ventanas mientras una mosca sumba en el espacio. Luego sale de la fábrica pero vuelve a ser atrapada por una pinza que la lleva a su destino de la creación. Allí tiene una máquina de dibujar. Cada vez que teclea una tecla se crean cuervos que cantan o pájaros que asustan o perros que están a la luz del día o lobos que aullan a la luz de la luna. La magia de la máquina y de quien la opera se unen para crear seres maravillosos como un conejo, el cual llevará a Fabricia fuera de la fábrica. Es la creación o la creatividad la que nos reinventa cada día. Y con esta idea me conecto. Porque son los ejercicios de creatividad pequeños que hacen que mi vida sea vivida. Es decir, gracias a los ejercicios de una artista he encontrado en la vida cotidiana la creatividad como la salvación a la rutina y al fracaso, al sentirme igual todos los días. La película parece terrorífica pero se desenvuelve dentro de la imaginación del personaje principal para revelar la dulzura de un conejo o caer puede ser salvarse o salvarse puede ser caer para encontrar nuestros propios fantasmas. Así pues, Fabricia nos conecta con la infancia y la belleza de lo bizarro. Fabricia es un personaje rebelde. No acepta un destino fatal sino que se rebela a las pescripciones, puede ser a las prescripciones de ser niña, por lo que lleva pantalones rojos y saco naranja. No es una niña que lleve vestido rosado, sino parece una exploradora. Es una niña curiosa. Le gusta el conocimiento y su creatividad logra transformar el lugar del horror y de las ruinas para volar por el universo. Como el cine se cita a sí mismo en la tradición cinematográfica -como alguna vez lo dijo Pedro Adrián Zuluaga en una de las clases de la Cátedra de la Cinemáteca en el 2013- por lo que encuentro esta película parecida a Alicia en el país de las maravillas (Tim Burton, 2010), donde Alicia se cae en un hueco y un conejo es quien la guía, un compañero, un amigo.

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